miércoles, 21 de noviembre de 2012

Caprichos

Tienes dos lunares en el cuello, muy cerca uno del otro, como nosotros. No son negros, más bien son como chispas de chocolate que salpicaron tu piel, uno es mas grande que el otro y también mas obscuro, y si partimos de esos lunares podemos trazar líneas en todo tu cuerpo que me harían volverme loca si quisiera recorrerlas todas y digamos mas bien que eso hicieron. Cuando besé esos lunares por primera vez, me dí cuenta que no me iba a dar por vencida hasta agotar las palabras para describir lo que soy cuando estoy contigo. Tal vez ya nadie quiera leer de mí y de la manera en que te amo y lo escribo así, sin mayúsculas, por que si lo acentuo sería acentuar mi desesperación porque estés aqui conmigo. De todas las cosas que has dicho te he creído solo la mitad porque no hay amores perfectos y regularmente nos enamoramos de lo que odíamos y tú eres un mentiroso. Cuando llegaste, ámbos acordamos irnos de inmediato a la primera señal de amor, pero desde aquella vez que me prometiste el cielo con un beso en la espalda supe que me habías engañado y te ibas a quedar a vivir en mí para siempre, y no, repito, no eres perfecto. Lo recalco porque si empiezo a creer que lo eres me voy a enamorar más y necesito recordar lo mucho que odio cuando no eres perfecto porque son las ocasiones en que creo que te necesito más. A veces no puedo creer que en un instante tan banal como tus manos en las mías, mis carcajadas, tus pasos (y todo lo que quiere ser romántico pero no es) se escondan estas palabras. Me conoces, me conoces de tal manera que sabes cuando voy a cansarme de tí y sabes también que eso no va a pasar hoy, conoces mis miedos a todo y también la manera en que me rio del mundo, por eso es que hablo de una vitalidad, porque me conoces tanto que yo también a tí y cuando nos damos cuenta somos uno, somos nada y somos todo. Cuando volteas a ver como nuestra vida es tuya y también mia y se bifurca para volverse una como uno nos volvemos entre sábanas y humo de cigarro. Cuando tengo la sensación de que el momento nos hizo y es él el que nos calla, nos grita, nos ata, nos junta, nos aleja y al final nos deja exhaustos y aún asi queremos más. Al hablar de necesitar, de querer más, tengo que hablar de como quisiera comerme tu piel y tu boca y ser tú y desesperarme porque eres del cosmos y el universo no permite que nadie le pertenezca a nadie ni lo permites tú, ni lo permito yo, y también tengo que hablar de como debrayo mientras hacemos el amor y me pierdo en esos lunares que tienes en el cuello.


2 comentarios:

  1. No por favor no que hermososososossoso @.@

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  2. Simplemente me encanta, así sin mayúsculas porque esta hermoso. (JaJa)

    Escribe un libro y yo te hago la publicidad bebé. :)

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