jueves, 12 de diciembre de 2013

"Comillas"

Las comillas son por mucho mi signo de puntuación favorito. Sirven para excluir algo, y es que la mayor parte del día es lo que quiero hacer conmigo: excluirme. Hacerme a un lado, abrirme a la chingada a vomitar y vomitar todos los sentimientos que no puedo decir, ni digerir... o solamente irme a besar contigo a donde nadie nos vea envueltos en esas dos manchas que parecen gotas que te dicen desde la primaria que uses para separar. 
No son como un punto, porque un punto no es lo que quiero -aunque a veces sí-, porque un punto de un tajo pone fin a todo y es más o menos como el suicidio del texto o la muerte prudente o como uno lo quiera ver, no sé, o igual está el punto y coma que es precisamente un "no sé", muy parecido al de las mujeres que es más "sí", que "no", a ese de cuando me decías "vamos a escapar del mundo" y yo tenía miedo y te decía "no sé", pero si me fuí. Vaya chingadera, quedé tan mal que ando por la vida acuñando a las comillas como mis signos de puntuación favorito. Y es que eso son, y me regreso a recalcarlo porque quiero que me entiendan, es mi consuelo. Creer que alguien también divaga viendo como nunca jamás sería un signo de interrogación porque los hijos de puta solo sirven para encerrar dudas, y nada más. Se limitan a aparecer en tu mente una y otra vez mientras fumas mucho esperando a responderlas a bocanadas, pero no, no se van. O los signos de exclamación...no, no soy tan positiva como para decirlo todo gritando (O a lo mejor si decirlo todo gritando pero nada sería positivo) ni nada más, yo sería comillas, yo sería ese signo precioso que encierra, aprisiona, pero a la vez enaltece, y también a veces daña, que no tiene extremos, que se puede moldear según el autor pero siempre con la escencia de separar, sería esas manchitas que parecen lágrimas, y lágrimas es lo que quiero evitar cuando me encierro en mi misma en este texto, me reduzco a palabra, a fonema, a expresión...en medio de dos comillas.

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