viernes, 9 de mayo de 2014

Futuros.

Metí en las maletas un chingo de miedo, un chingo de dolor, un chingo de risas. Metí todo lo que no cupo, no te desperté. Te di un beso en la frente y me fui. No te hice daño, te maté con un tiro limpio en el pecho y me guardé tu corazón. 
Cuando vaya caminando por la calle te veré un día -o a tu fantasma- con su hueco en el pecho, con las entrañas asomándose. Probablemente irás sólo, seguro yo sí. Igual y te sorprendo en otros labios y más bien sin sorprenderte porque ya no te vas a acordar de mí, porque voy a ser un hoyo negro en tu memoria, voy a ser la que sólo tu soportaste y al único al que yo amé. Y voy a romperme en mil pedazos y me valdrá madre tu mamá y tu pinche hermana, voy a querer lamer tus heridas y estar contigo hasta ser viejitos estorbosos arrojados a algún lugar del mundo como planeamos alguna vez después de hacer el amor perdidos en alguna carretera, pero tu ya no te vas a acordar de ni madres y vas a ir con ella y yo voy a ir sola. O no. O sí. 
No sé, por eso me fui, porque sé que te amo pero ya no sé si quiero estar contigo. Porque así dormido me dan muchas ganas de darte hijos y de tener de mascota ese danés arlequín que quieres desde que eres niño, pero despiertas y empieza mi pesadilla y quiero correr lejos muy lejos, y agarrar estas pinches maletas que traen de todo y de una vez comenzar a vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Say it