domingo, 31 de agosto de 2014

Te creo.

Nunca sé como empezar a escribir cartas que no llevan destinatario, porque no soy lo suficientemente valiente -ni en esto, ni en nada- para dar un nombre, pero soy lo suficientemente cobarde como para no abandonarme esto aquí en el pecho por miedo a que explote. 
Miedo es precisamente el monstruo que se quedó a vivir aquí desde hace tanto que ahora somos simbiontes, que ya tantas veces me ha salvado que no puedo vivir sin él, que sus señales me han hecho renunciar a lo que potencialmente me haría daño, pero hoy mi miedo me ha puesto las cartas sobre la mesa cuando te sorprendió mirándome como lo haces. Porque hoy es un buen día para avisarte que mi miedo y yo te creemos. Que tus palabras pueden ser efímeras y durar lo que un cigarro, pero lo que no deja de consternarme es la manera en que me miras. Es esa pinche mirada la que por fin largó al miedo y me ayudó a decirte que creía que no te creía, pero ahora te creo. Que una parte de mi siempre te creyó y ese lado mío entumecido por el orgullo no me dejó saberlo, que debí haberlo sabido desde que me dí cuenta que frunces el ceño (y no dejo de hablar de tus ojos porque encontré ahí unos buenos abismos en donde perderme) y entreabres los labios como si te sorprendiera que yo existiera, y la ternura que no merezco se refleja en tí y yo no sé donde guardar ese recuerdo para que mi miedo no lo vea y se siga yendo, porque si se aleja yo me voy a quedar sin escudos, ni armas, y seré solo piel y tu seras solo abrazos y un beso en la frente un domingo mientras la luz de la televisión nos refleja y afuera llueve y te voy a creer tanto que de repente ya no sabré distinguir lo real entre tanta fé. Voy a pasar por alto que a todo este mundo se lo esta llevando la chingada con tal de concentrarme en como me acaricias el cabello cuando sonrío, como tus manos siempre encuentran las mías o como insistes en decirme cosas increíbles al oído que ahora sí creo porque necedad mía sería no creer que quien te besa como tu a mí, me protege, me escucha, me siente, me besa, y sobre todas las cosas, me mira, merece que yo haya encontrado, aunque sea por un rato, unas horas, unos meses (¿qué se yo?), alguien en quien creer. Alguien a quien querer. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Say it